Pongamos a la Confianza en su sitio
Paseo por la confianza como elemento básico de creación de entornos de colaboración, de coordinación y de crecimiento, tanto personal como organizacional.
Comenzamos por el principio y definimos la confianza como: “Emoción que involucra varios juicios/pilares”.
- Sinceridad: La persona es coherente, hace lo que dice y se muestra como es con nosotros. Considero que lo que dice es verdad. Ese juicio/pilar tiene relación con la ética del otro. En ocasiones no consideramos la sinceridad en base a nuestra relación y actuamos por opiniones de terceros.
- Competencia: La persona es capaz de llevar a cabo las acciones necesarias para cumplir la promesa que nos hace ya que dispone de los conocimientos y habilidades necesarios. La competencia es fácilmente entrenable, y con tiempo y dedicación. En las organizaciones algunas veces se da la paradoja de que algunos jefes juzgan como incompetentes a sus colaboradores y sin embargo no hacen nada por remediarlo.
- Cuidado: Se construye en las relaciones cuando demostramos verdadera preocupación por nuestro bienestar y el de los demás. Nos ocupamos de generar y mantener posibles colaboraciones futuras
Confiar es mantener las conversaciones que se necesitan tener con otras personas de manera que podamos crear el futuro con otros.
Y es que la confianza es la base de todas la relaciones, personales, de equipos y organizacionales. Si no existe confianza, la colaboración no se produce y las relaciones se quiebran.
Son necesarios estos tres aspectos para que la confianza se produzca:
- Me conozco (Autoconfianza)
- Conozco a mis compañeros (Confianza en los otros).
- Nos conocemos todos (Confianza en las personas).
En el momento actual, todavía estamos recuperando la confianza que se rompió con la quiebra de Lehman Brothers en 2008. Este hecho generó una crisis financiera global que afectó a organizaciones, equipos, relaciones sociales y a nosotros mismos como lideres y como contribuidores individuales.
Este aspecto está especialmente bien descrito en el libro de Stephen Covey, “La velocidad de la confianza”.
Covey reflexiona sobre la importancia de recuperar la confianza, ya que sin ella las organizaciones, los equipos se debilitan y comprometen sus resultados y su propia existencia, generando malestar en las personas y pérdidas en los negocios.
Como ya comentamos, la confianza se basa en las conversaciones de posibilidad, y esta es posible si existe un lenguaje común, un modelo mental y un propósito compartido.
La confianza lo cambia absolutamente todo. Y como Covey nos comenta, la inteligencia colaborativa es “una buena disposición a confiar en los demás. Es una cuestión de corazón”. Para llegar a ella, hay que “equilibrar el corazón y la mente”.
Y continua con su tesis sobre l confianza en “La confianza inteligente”, don donde nos comenta que cada vez es más evidente que, en la economía actual, la cuenta de resultados está directamente vinculada a la confianza. La confianza es dinero, en el sentido en el que los mercados que confían en una empresa, en su reputación, están más dispuestos a colaborar, a apoyar e incluso a invertir para favorecer su crecimiento. Los clientes también consumen productos de las empresas en las que confían y castigan a aquellas que les decepcionan por su falta de sinceridad, de honestidad. En muchas ocasiones los clientes están dispuestos a pagar más por los productos de aquellas empresas en las que confían.
Los mercados funcionan gracias a la confianza, y no perdamos de vista que el capitalismo se basa en tres cosas: capital, liquidez y confianza. Las tres son cruciales, pero la falta de confianza es uno de los principales motivos por los que los otros dos se ven afectados.
Así que estamos el ingrediente imprescindible sin el cual ni personas, ni equipos ni organizaciones funcionan en plenitud. Es el equilibrador de los comportamientos.
Autores como Simon Dolan sostienen que la Confianza es el valor de los valores, el valor sin el cual los comportamientos humanos se desestabilizan. En su modelo su postulado principal es “con la confianza no se juega”, es fundamental en cualquier relación y organización.
Un factor importante a tener en cuenta, y pese a lo que durante muchos años nos han hecho creer, es que la confianza puede desarrollarse, construirse y reconstruirse cuando se quiebra.
Una buena metáfora de ello la encontramos en Japón. Allí se celebran cualidades como asimetría, aspereza, sencillez o ingenuidad, modestia e intimidad. En vez de reponer lo viejo con lo nuevo, se considera a la reparación como un proceso de transformación y crecimiento. A esto se le conoce “Kintsugi”. Lo mismo pasa con la confianza, la reparación puede ser incluso más valiosa por el aprendizaje y la evolución que supone.
Bibliografía
- Covey, S.M.R.( 2011) – La velocidad de la confianza. Paidos.
- Covey, S.R. (1997) – Los siete hábitos de la gente altamente efectiva. Paidos.
- Dolan, S. (2018) – Valores: La brújula para personas y organizaciones de futuro.