Más que dos polos contrapuestos lo entendemos como el tiempo de transición en el que nos encontramos como civilización y como organizaciones en un mundo convulso; en este tiempo “entre” lo viejo y lo nuevo es el momento de hibridar lo “viejo” útil, experimentado y que hemos de conservar con lo nuevo disruptivo, alumbrador de una nueva humanidad y emergente que ya está entre nosotros.